PETER PAN

 
PETER PAN

    Wendy, la hermana mayor de Michael y John, les contaba cada noche las aventuras de Peter Pan, hasta que en una ocasión, su héroe se presentó volando en el dormitorio y les propuso visitar el país de Nunca Jamás, donde vivían los niños descarriados. Campanilla, el hada de Peter Pan, roció a los niños con el polvito mágico de sus alas y todos juntos salieron volando por la ventana. 

    Al surcar los cielos de Nunca Jamás vieron al capitán Garfio, un pirata cruel al que le faltaba una mano porque se la había comido un cocodrilo, y que odiaba a Peter Pan.


    Wendy cuidaba de sus hermanos, de los niños descarriados que no tenían madre y hasta del mismo Peter Pan, pero su dulzura había puesto celosa a Campanilla. Por eso, cuando el capitán Garfio raptó a Wendy y a sus hermanos, la ofendida campanilla se alió con el pirata para echar veneno en la copa de Peter Pan. Justo en el momento en que iba a beber, Campanilla se arrepintió de su maldad y le contó la verdad. Pero varias gotas de veneno cayeron sobre Campanilla y sólo una cosa podía salvarla: que todos los niños creyeran en las hadas. Se salvó, naturalmente, y todavía os da las gracias.

    Por su parte, Peter Pan se presentó rápidamente en el barco de Garfio para salvar a los niños. La lucha a sable fue trepidante, pero al final Garfio perdió el equilibrio y cayó al agua, perseguido por su eterno enemigo, el cocodrilo. 

    Después, Peter Pan llevó a Wendy y a sus hermanos de vuelta a casa y les dio un consejo para que pudieran volver a Nunca Jamás cuando quisieran: no crecer nunca, conservar siempre la fantasía y la inocencia de los niños para no hacerse mayores por dentro.


J.M. Barrie

No hay comentarios:

Publicar un comentario