LOS NIÑOS Y LA BRUJA
Dos hermanitos, niño y niña, tenían un carácter bondadoso y obediente. Un día su mamá les dio un queso y un bizcocho para merendar y se fueron a jugar al bosque, pero se perdieron y fueron a parar a la casa de una bruja malvada.
La bruja les propuso un juego cruel: encargó al niño que trajera agua del pozo con un colador y a la niña que hilara en la rueca, diciendo que, si no lo hacían, les mataría; pero si conseguían terminar el trabajo, los dejaría libres. La pobre pequeña no sabía manejar la rueca y se echó a llorar pensando que recibiría el castigo de la bruja.
Entonces aparecieron unos ratoncitos hambrientos y le pidieron un poco de su queso. Cuando se lo dio, los ratoncitos hilaron por ella para agradecérselo y así pudo terminar el trabajo.
El niño, por su parte, intentó coger agua con el colador, pero no pudo y también se puso a llorar. Pasaba por allí una bandada de golondrinas que le pidieron unas migas de su bizcocho. A cambio del favor, las golondrinas hicieron un fondo de barro como el de sus nidos para tapar los agujeros del colador y así él también pudo cumplir su trabajo. De este modo, los niños se salvaron de la bruja y pudieron volver a casa con sus padres.
Guy de Maupassant.
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