LA PRINCESA CISNE

 
LA PRINCESA CISNE

    En cierta ocasión, un rey perdió una guerra y su enemigo le impuso que le entregara un galeón cargado de oro. El rey encargó la misión a su único hijo, pero durante el trayecto una tormenta le apartó de su camino hasta dar con un tétrico velero negro capitaneado por un brujo perverso que, después de apresar al príncipe, propuso que se jugara su suerte a las cartas. Aunque el joven había perdido, el brujo le devolvió al mar bajo palabra de cumplir su misión y que en el plazo de un año regresara para morir.

    Cuando volvió a la casa de su padre, pidió consejo a un sabio que le dijo:

-En la isla de Fuego habitan tres princesas cisne. Si consigues quitarle a una de ellas su vestido de cisne mientras se están bañando, ella hará que se cumplan todos tus deseos.

    El príncipe esperó a que las tres hermosísimas princesas se bañaran y le quitó a la menor su vestido de cisne, con lo que quedó comprometida a ayudarle allá donde fuese. Entonces el príncipe regresó al velero negro del brujo.

-Te perdonaré la vida -dijo el brujo- si me traes de vuelta este anillo.

    Y con gran fuerza se quitó un anillo de oro y lo lanzó al fondo del mar. Desesperado, el príncipe pidió ayuda a la princesa cisne.

-Para encontrar el anillo debes cortar mi cabeza de cisne y tirarla al agua. Hazlo aunque me ames y no te arrepentirás.

    Armándose de valor y luchando contra su corazón, el joven degolló al cisne y arrojó la cabeza por la borda. Tres gotas de sangre cayeron al mar provocando un torbellino del que surgieron el anillo y la princesa, ya para siempre convertida en mujer, y libres ambos de los hechizos que les mantenían prisioneros.



Thomas Baile Arlington.

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