LA ZORRA Y LOS GANSOS
Una zorra hambrienta se encontró en su camino una manada de gansos. Frotándose las patas con alegría y pensando en el banquete que le esperaba, dijo:
-¡Qué suerte haberos encontrado a todos reunidos, así podré comeros de uno en uno!
Los gansos se pusieron a suplicar que no los matase, pero la zorra no tenía ninguna piedad. Por fin, uno de los gansos dijo:
-Déjanos al menos rezar una oración antes de morir.
La zorra se lo concedió y los gansos empezaron a repetir sus <<cuac, cuac>>. ... Y cuando hayan terminado su oración seguiremos con el cuento, porque hasta hoy continúan rezando.
Hermanos Grimm
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