EL PATITO FEO

 EL PATITO FEO

    Mamá pata había puesto cinco huevos que ya empezaban a abrirse. Salieron cuatro patitos preciosos, pero el quinto huevo tardó más tiempo y de él salió un patito muy extraño: de color gris, muy feo y mucho más grande que los demás. Era además un patito torpe que apenas sabía nadar. 

    El pobre patito feo soportaba las burlas de todos los habitantes del estanque y se sentía solo porque los otros patos se alejaban de él y no le admitían en sus juegos, de modo que decidió marcharse. Todos los animales que encontró por el camino se espantaban de él y le llamaban deforme, sin fijarse en que el patito era muy bueno y tenía un dulce carácter.
    El pobre patito pasó el invierno muy solo refugiado en una inhóspita cueva. Cuando llegó la primavera y vio los brotes tiernos y las flores, se animó a salir para darse un baño y en las aguas cristalinas de un estanque pudo contemplar su imagen, pero casi no se reconocía: ¡se había convertido en un hermoso cisne! 

    Los otros cisnes del lugar le llamaban para que se uniera al grupo y le aceptaban como a un hermano. Nadie volvió a reírse nunca más del patito, que ahora era un cisne magestuoso y el ejemplar más bello del estanque.

Hans Christian Andersen.

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