CAPERUCITA ROJA

 CAPERUCITA ROJA

    Érase una vez una niña que siempre iba vestida con una capa encarnada y por eso la llamaban Caperucita Roja. Un día su mamá le dio una cesta que contenía un pan y un bote de miel para que se lo llevara a su abuelita, que estaba enferma. Caperucita se puso a caminar por el bosque y se encontró con el lobo feroz que, después de preguntarle a dónde iba, le aconsejó ir por el camino más largo. 
    Caperucita así lo hizo y el lobo se fue corriendo por el sendero corto, con lo que llegó antes a la casa de la abuelita... ¡Y se la comió! Después se vistió con sus ropas y esperó a la niña metido en la cama.

    Cuando Caperucita llegó, apenas reconocía a la abuelita.

-Abuelita, abuelita -dijo Caperucita- ¡Qué ojos más grandes tienes!

-Son para verte mejor -contestó el lobo.

-Abuelita, abuelita -dijo- ¡Qué orejas más grandes tienes!

-Son para oírte mejor -contestó de nuevo el lobo.

-Abuelita, abuelita -insistió Caperucita- ¡Qué dientes más grandes tienes!

-¡Son para comerte mejor! -rugió el lobo... ¡Y se la comió también!
    Afortunadamente, pasó por allí un leñador que, en cuanto el lobo se puso a dormir, le hizo un corte en la tripa, por donde salieron Caperucita y su abuelita sanas y salvas.

Charles Perrault.

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