ETAPA PRELINGÜÍSTICA (0 - 12 MESES)

ETAPA PRELINGÜÍSTICA  (0 - 12 MESES)

    Esta etapa se caracteriza por ser denominado como período de inteligencia sensoriomotriz dado que los bebés tienen la habilidad de integrar y conocer a través de los sentidos y la motricidad. Así pues, los estímulos son muy importantes ya que de todos ellos va captando fragmentos y produciendo otros, mientras descubre sus órganos de fonación (la laringe, las cuerdas vocales...) y las sensaciones auditivas, visuales, vibratorias y motoras. De este modo podemos decir que en esta etapa el niño o niña es capaz de:

  • Percibir o captar.
  • Producir, crear o expresar.
    Pero ¿cómo? El bebé reacciona ante los sonidos de su entorno, así podemos comprobar que es capaz de distinguir entre sonidos verbales y no verbales.

    Alrededor del primer mes de vida comienza a identificar la voz de su madre y localiza dónde se encuentra ella.

    Poco a poco diferenciará el timbre de voz de sus padres con respecto a la de los demás y atenderá a ambos tipos de voces haciendo distinción a ellas.

    Para tranquilizar al bebé es necesario hablarle con ternura y suavidad. El canto monótono facilita su relajación, es por ello que las nanas son el mejor tipo de canciones para ayudarle a dormir. En cambio, una música con armonía y alegre ayudará a despertarle, pues es capaz de saber a través de un tono de voz brusco dirigido a él, que la persona está enfadada.

    Aunque el bebé no comienza a distinguir de manera visual hasta los 6 meses, es capaz de percibir los gestos y expresiones faciales que le transmiten tranquilidad, amor, seguridad, aceptación de aquellas que por lo contrario manifiestan rechazo, miedo, nerviosismo o indiferencia. Es por ello que se le debe mirar al bebé con atención, aprecio y seguridad para tranquilizarle, más aún si se le acompaña con la voz, tal como se ha mencionado.

    El llanto es la forma que tiene el bebé para comunicarse y así tener interacción social, dado que el llanto es diferenciado e individual para que a medida que va madurando pueda articular su voz. Se sabe que una madre puede ser capaz de diferenciar el llanto de su hijo con respecto al de otros recién nacidos, pues cada niño o niña llora con una cierta duración e intervalos. Así pues, se han realizado numerosos estudios electroacústicos en los que se demuestra que el llanto tiene un carácter informativo, pudiéndose distinguir entre tres tipos de llanto: por dolor, hambre o por rabia.

    Con el paso del tiempo, este tipo de llanto instintivo va evolucionando gracias a la asociación que realiza el niño o niña cada vez que llora y la respuesta que obtiene de un adulto, de este modo comenzará a emitir los sonido de forma intencionada para obtener su respuesta.

En torno al mes, el bebé produce la primera sonrisa, pero ¡ojo! ésta se produce como respuesta a la satisfacción que siente pues todas sus necesidades están cubiertas, no significa que sonría porque le estemos haciendo cucamonas o halagos. Es ahora cuando empieza el periodo del balbuceo o de la lalación, no es más que otras vocalizaciones distintas al llanto y podemos observar cómo para ello realiza ciertos movimientos de los órganos fonatorios. Al ser sonidos instintivos, no corresponden con ningún fonema de una lengua.

    Dichas emisiones guturales las podemos identificar como la palabra /ago/ son articulaciones producidas en la zona velar o gutural, y aunque para su familia pueda producir alegría por ello, en realidad el infante no ha tenido ni la más mínima intención de pronunciar esa palabra.

A partir del sexto mes, comienzan a cambiar las mencionadas vocalizaciones y los sonidos que empiezan a producir son más parecidos al lenguaje hablado. Los pequeños no solo experimentan con sus órganos fonatorios sino que parecen jugar con sus oídos. Algunos especialistas defienden que durante este periodo suelen intentar imitar aunque no significativamente, es por ello que lo denominan ecolalia, pero no suele ser muy evidente hasta el año de vida.

   ¿Y cuál es la diferencia entre balbuceo y ecolalia? te preguntarás, pues en la intención de emitir esos sonidos.

   Cuando un bebé está limpio y tranquilo suele balbucear y comienza a producir sonidos consonánticos y combinaciones silábicas, de este modo se asientan las bases para la posterior adquisición de palabras, esto ocurre entorno a los 12 y 15 meses.

  La mirada y la gesticulación están relacionadas con la comunicación y el aprendizaje del lenguaje. Alrededor del primer mes de vida, es cuando comienza a fijar la mirada con la mirada del adulto (acerca de esto último lo explico más detalladamente en otro de mis post), este acto es uno de los más significativos y comunicativos en la relación, dado que este es el primer progreso que se realiza para prestar atención, algo básico para poder aprender.

    En cuanto a la gesticulación infantil, el niño o niña interpreta los gestos del adulto para intentar reproducirlos, así es como comienza a expresar sus necesidades y deseos. La sonrisa indican satisfacción, en cambio los pucheros expresan dolor, temor o intranquilidad. Cuando alza los brazos quiere que lo cojan o cuando toca las palmitas es para mostrar su aprobación. Estos son solo algunos de los gestos que realizan para expresar un estado o intención.

    Resumen. En esta etapa el bebé comienza a usar los gestos y el llanto como un signo o como una intención, comprende mensajes y realiza sonrisas y sonidos hacia los adultos. Comienza a dominar la función fonológica. La comprensión es anterior a la expresión. En torno a los 10 o 12 meses de edad se reduce el parloteo y se refuerza la comprensión, para poder pasar a la siguiente etapa del lenguaje llamada etapa de lenguaje no combinatorio (12-24 meses).

    Si tienes alguna duda, no dudes en ponerte en contacto conmigo o visitar los enlaces para adquirir mayor información.

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