LA EDUCACIÓN PARA LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES DE AMBOS SEXOS

 

LA EDUCACIÓN PARA LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES DE AMBOS SEXOS


ACTITUDES DEL PROFESORADO EN EDUCACIÓN INFANTIL

    La Educación Infantil como etapa educativa implica que en el currículo aparezcan diversos elementos que se diferencian del resto de las etapas y que se adaptan a las capacidades efectivas e intelectuales de los niños y niñas de cero a seis años.

    En el "currículo oculto" aparece todo aquello que hace referencia a la vida diaria y que actúa como transmisor de diferentes estereotipos culturales, ocasionando numerosas desigualdades entre niños y niñas y teniendo consecuencias muy negativas. De esta forma, los pequeños responden a los papeles o roles que la sociedad marca con respecto a normas y patrones culturales tanto para la niña como para el niño, es decir hace referencia al género. El género es el que rige los deseos, comportamientos y acciones que se imponen a cada individuo desde edades muy tempranas, para que comience a configurar su personalidad.

    El concepto de autoestima, la adquisición del lenguaje, la pertenencia al grupo sexual y la aparición del mundo simbólico son procesos que contribuyen a construir la imagen que los niños y niñas deberían tener de sí mismos y que sin embargo, depende de la valoración que realicen los demás sobre las conductas, cualidades y atributos. Los adultos influyen en estos procesos aunque no lo hagan de manera intencionada.

    Desde edades muy tempranas, los pequeños ya se reconocen como diferentes, pero no es hasta los 3 o 4 años cuando logran identificarse como niños o niñas. Los pequeños que sean inducidos por las expectativas de rol ya asignadas, tendrán dificultades para poder ejercer su propia identidad de forma espontánea lo que provocará, que los pequeños tengan que seguir los papeles que marca la sociedad en lugar de ejercer su propia personalidad.

    Durante la educación infantil, el educador/a puede comprobar cómo los pequeños utilizan el espacio, se agrupan, aparece el juego simbólico o aceptan normas entre otros, en los cuales los pequeños ya utilizan los estereotipos. El educador deberá tener una actitud abierta y flexible, y respetar los intereses y necesidades de los pequeños.

    En cuanto a la frase "las niñas son más buenas; los niños, más brutos", existe una gran diferencia entre ser "buena" autónomamente, es decir porque se es buena, a ser "buena" porque se está conformando y esta siendo sumisa. Normalmente, el profesorado suele reconocer o pensar que las niñas son más colaboradoras, responsables, lo cual disminuye la atención del educador/a. Esto a su vez, supone a los niños que tengan que representar un papel más revoltoso, inquieto o activo entre otros.

    Los educadores/as deben reflexionar sobre el proceso de adquisición de los roles sexuales, para que las niñas no tengan que asumir un papel de inferioridad, es decir el educador/a debe incorporar en la evaluación un proceso más amplio que configure el marco de la Educación Infantil. Para ello, los docentes deben tener presente la establecida Ley 2/2019, de 7 de marzo, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres cuyo objetivo persigue la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, y eliminar cualquier tipo de discriminación hacia ambos sexos. 

    El establecimiento de las primeras comunicaciones que los pequeños realizan, contribuye a configurar su propio mundo social. El lenguaje, en general, juega un papel integrador entre el mundo social y el desarrollo global de los niños/as. La mayoría de los educadores/as generalizan el masculino como algo natural y que no tiene importancia, sin embargo el lenguaje juega un gran papel en la actitud de los hablantes. La ausencia del género femenino en el lenguaje hace referencia al mundo social, y pone a las mujeres en un segundo plano, dentro de lo cotidiano, es decir las mujeres tienen que deducir que cuando alguien hace referencia a los niños, hombres o padres, también se está haciendo referencia a las mujeres y otras deducir que no se les hace referencia. He de decir que en mi caso siempre me he sentido incluida, haya deducido o no si se me hace referencia o no como mujer, quizás haya quien piense que soy una persona egocéntrica o narcisista, sin embargo no me siento como tal y quienes me conocen sabe que soy todo lo contrario a egocéntrica.

    Se han realizado varios estudios, en los cuales se demuestra que en las aulas de preescolar, el profesorado utiliza unos determinados adjetivos o diminutivos para las niñas y que para los niños se utilizan otros adjetivos muy diferentes y muy pocos diminutivos. También es muy importante el tono de voz que utiliza el profesorado, ya que normalmente se suele utilizar un tono de voz dulce para referirse a las niñas y al contrario, se utiliza un tono más brusco para los niños, por lo que el equipo educativo deberá revisar todo el material didáctico y modificar todo aquello que fuera necesario modificar, incluso es necesario realizar grabaciones para después analizar las expresiones que se emplean en el aula con los niños y niñas.

    Actualmente, las actitudes del profesorado en la educación infantil, viene determinado por la herencia de los valores, actitudes y creencias que se han dado a lo largo de la historia de la educación infantil. Incluso se puede observar cómo la responsabilidad de la enseñanza de los pequeños recae en las educadoras y en cambio, las funciones de la dirección se suelen delegar en el poco profesorado masculino. Esto contribuye a establecer el modelo social, es decir las actitudes, expectativas que la sociedad tiene sobre las madres, pero con la diferencia de que las educadoras están comprometidas profesionalmente y están cualificadas.

    El profesorado de la Educación Infantil deberían analizar su labor educativa y comprobar por qué se infravalora en esta etapa o por qué existe gran dificultad por parte del profesorado femenino para acceder a otros cargos dentro del sistema educativo.

    El centro de Educación Infantil debe ofrecer nuevos aprendizajes a parte de los ofrecidos por la propia familia. Los educadores y educadoras ejercen influencia en el desarrollo psicosocial de los pequeños, estos aspectos se recogen en los contenidos y actividades programadas por el profesorado.

    La mayoría de las veces el profesorado se olvida, que el propio modelo que se ofrece transmite estereotipos, sin necesidad de utilizar interrogantes y cuestionarios, por ello los profesores/as deberán concienciarse de la necesidad de una intervención real y que favorezca el desarrollo integral de los niños y niñas.

    El profesorado debe procurar que los valores que se enseñan en la escuela no se confronten con los valores que se enseña en la familia, es decir, valores que provoquen la ruptura de otros tópicos culturales como el racismo entre otros. El equipo educativo deberá ofrecer actitudes positivas y modelos que no tengan prejuicios, que sean flexibles y reflexivos para el alumnado.

RELACIONES CON LA FAMILIA

    Los niños y niñas establecen sus primeros vínculos afectivos dentro del contexto familiar, además se inician aprendizajes de hábitos y conductas sociales. El centro también ha de ejercer un papel muy importante en cuanto al desarrollo de las capacidades de los niños y niñas. Si la escuela inculca una enseñanza no-sexista, ha de informar a las familias sobre sus criterios coeducativos, para poder compartirlos con la familia y de esta forma tengan una mayor coherencia y mejor actuación.

    Las entrevistas personales son muy útiles a la hora de conseguir información de los padres y madres, ya que la familia es la encargada de informar a la escuela sobre los datos más importantes referentes a sus hijos e hijas. Algunas de las propuestas para la entrevista personal pueden ser:

  • Convocar tanto a la madre como al padre para obtener información global y de esta manera implicar a ambos, y hacer que la entrevista sea más completa.
  • Reforzar el nivel de implicación, sobre todo del padre, en los aspectos cotidianos y de hábitos de sus hijos/as.
  • Dirigirse al padre o la madre sin prejuicios o expectativas preconcebidas.
  • Valorar de forma positiva su actuación educativa, sobre todo si hay inseguridad o angustia sobre el acierto de las madres en su papel como educadoras y madres.
  • Emplear un lenguaje no sexista, para que de esta manera se familiaricen con él.
    Durante el curso se darán otras formas de contacto con las familias, donde se tratarán temas tales como:

  • La vida cotidiana.
  • El juego y el juguete.
  • El cuento.
  • Los medios de comunicación.
    En la vida cotidiana, se desarrollan una serie de rutinas necesarias para la adquisición de hábitos de salud, higiene y nutrición, además de la forma de manifestar, regular y controlar las necesidades básicas, y esto se da primeramente en el entorno familiar, por ello es muy importante que la educadora o educador conozca todo lo referente al niño o niña para la evaluación inicial, como por ejemplo:

  • Si las familias tienen determinadas expectativas con respecto a la pertenencia de un sexo u otro de sus hijos o hijas.
  • Si se facilita la realización de las tareas en la vida cotidiana para favorecer la autonomía del niño o niña.
  • Si se potencian y valoran los logros que van alcanzando tanto las niñas como los niños, según los criterios estereotipados.
    Todos estos detalles nos dan a conocer cuáles son las actuaciones que llevan a cabo cada familia, y de esta forma poder elaborar diversas orientaciones que les puedan ser útiles, como pueden ser:

  • Para evitar sobreprotección o por el contrario una exigencia excesiva en cuanto a la adquisición de hábitos de autonomía y convivencia, de forma independiente al género femenino o masculino.
  • Valorar de forma positiva las destrezas que van adquiriendo y que no hagan referencia a los estereotipos sexistas establecidos.
    El juego además de ser un elemento educativo, es imprescindible en la vida de los niños y niñas. A partir de los otros dos o tres años, el juego se diferencia tanto en los niños como en las niñas, ya que por ejemplo en el caso de los niños, el juego suele estar más relacionado con el desarrollo motor grueso, mientras que en el caso de las niñas, los juegos son más estáticos y suelen realizarse en espacios reducidos.

    El juego también supone un aprendizaje social que hace referencia al entorno donde se reproduce la realidad, debido a que un mismo juguete puede variar en función de si lo utiliza un niño o una niña. Las familias suelen inquietarse a la hora de decidir qué juguetes o qué literatura es la más adecuada tanto para la edad como sobre todo para el desarrollo de los pequeños/as. Estas demandas las puede aprovechar la escuela para poder elaborar diversos criterios que se compartirán con las familias mediante charlas, debates o campañas informativas, pero para ello es necesario analizar junto con la familia lo siguiente:

  • Tipo de juguetes que se compran.
  • Lo que se espera que harán los niños/as con los juguetes.
  • Tipos de juego y reproducciones sociales que estimulan los juguetes.
  • Los modelos que presentamos en los cuentos, poemas, canciones, etc.
    Otras alternativas que se pueden proponer son:

  • Ofrecer a los niños y niñas diversos objetos y situaciones de los cuales los pequeños puedan desarrollar cualquier tipo de juego.
  • Facilitar el uso adecuado de todo tipo de juguetes, sin realizar ningún criterio de clasificación para niña o para niño.
  • Seleccionar los juguetes y cuentos que ofrece el mercado, atendiendo a la información que ofrecen y evitar los estereotipados.
    Para ello tenéis información, en este mismo blog, sobre la importancia de la Publicidad de los juguetes en el reclamos hacia niños o hacia niñas, y por otro lado tenéis un Análisis de juguetes que vosotros mismos podéis trasladar a otros juguetes de los que estéis interesados. Las familias deben conocer la organización de las actividades y juegos, y los criterios que prevalecen en la escuela, y que pueden ser los siguientes:

  • Motivar a los niños y niñas hacia los juegos y juguetes que en el ámbito familiar no se proporcionan.
  • Organizar el espacio y el tiempo de juego de forma equitativa y evitando lugares y momentos exclusivos para niñas o niños.
  • Desbloquear situaciones de fijación de estereotipos con juegos y juguetes.
  • Si el juego conlleva papeles estereotipados, se deben procurar que dichos papeles se representen indistintamente tanto por niños como por niñas.
  • Procurar juegos que favorezcan la actitud de cooperación para no abusar de los juegos competitivos.
    Los cuentos también pueden transmitir ideologías. Además la importancia y el uso cotidiano que se le da a cómo se cuenta el cuento y a cómo las criaturas de los cuentos lo viven, hace que los modelos que se transmiten sean asumidos con gran motivación y de esta forma quieran identificarse con los personajes del cuento. En próximas entradas hablaré sobre los modelos que trasmiten los cuentos, si son sexistas o estereotipados, sin embargo un breve resumen para detectar si los modelos que transmiten los cuentos son sexistas o no, se tendrán en cuenta lo siguiente:

  • Si existen más personajes masculinos que personajes femeninos, tanto en imágenes, títulos y protagonismo.
  • Si se aportan caracteres sociales y culturales estereotipados de forma sexista, tanto en profesiones, actividades, juegos, rasgos físicos y psíquicos o cualidades y defectos.
  • Si el lenguaje que se utiliza, el tono de voz o gesto conlleva a formas o contenidos sexistas.
    A parte de analizar los cuentos que existen tanto en la casa como en la escuela, se deben revisar los que existen en la biblioteca, para:

  • Realizar una selección.
  • Evitar o modificar los estereotipos sexistas.
  • Incorporar la bibliografía, que plantea una literatura no sexista.
  • Modificar el lenguaje al leer o contar cuentos para evitar que la gramática y las palabras discriminen.
  • Inventar otros cuentos alternativos.
  • Introducir otros finales diferentes según sean los personajes masculinos o femeninos.
    En cuanto a la relación con las familias, otro tema de interés suele ser la influencia que ejercen los medios de comunicación en sus hijos/as. Los mensajes sexistas también se pueden analizar, observando la distinción que se realiza entre los roles masculinos y femeninos, y las repercusiones que pueden tener en las criaturas. Las familias pueden seleccionar los programas y juzgar con criterios no sexistas los anuncios de juguetes a la hora de comprarlos, como ya se ha mencionado anteriormente en otras publicaciones de este blog. En general, las familias deberán aprender a discernir todos los elementos sexistas del mundo que les rodea.

ORIENTACIONES PARA LA EVALUACIÓN

    Para reflexionar sobre el centro escolar, hay que tener en cuenta que se debe evaluar el contexto sociocultural en el que se encuentra situado el centro, detectar la visión que tienen los padres y madres sobre el desenvolvimiento personal y social de sus hijos e hijas, se debe saber cuántas madres de los alumnos/as trabajan remuneradamente y cuántos son los padres que colabora en las actividades domésticas y cuáles son esas actividades. En cuanto a cómo y cuándo evaluar, se debe analizar el entorno socioeconómico y familiar donde se encuentra el centro, para ello se pueden establecer los siguiente puntos: ubicación geográfica, ámbito socioeconómico, recursos comunitarios, sociales, sanitarios y educativos, analizar los colectivos, asociaciones, grupos sensibilizados con la práctica educativa.

REFERENCIAS

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