SUEÑO Y DESCANSO EN LA INFANCIA. LAS FASES DEL SUEÑO


    El descanso y el sueño son imprescindibles en la infancia, pues además de contribuir con la recuperación de las energías, también favorece el proceso de maduración y desarrollo de sus sistemas funcionales. De este modo, podemos decir que el sueño es el sistema de recuperación de energía. Pero todo esto es mucho más complejo de lo que parece, dado que el descanso es la modificación de la actividad de las estructuras encargadas de la regulación y organización de todas las funciones vitales, lo cual permite recargarse y desintoxicarse.

    El sueño en los recién nacidos suele durar unas diecisiete horas aproximadamente, es decir la mayor parte de su tiempo. El sueño se reparte en ciclos de unas tres o cuatro horas, éstos se adecúan a los períodos de alimentación e higiene. Conforme van creciendo, los períodos de vigilia se alargarán poco a poco y las horas de sueño irán disminuyendo, siendo que hacia los cinco años, serán suficientes unas diez u once horas de sueño nocturno para recuperar las energías gastadas.

    El cerebro es el que se encarga de regular el sueño. Durante el sueño de una persona, es posible distinguir varios momentos, etapas y estadios de diversa duración que van repitiéndose de manera cíclica.

FASES DEL SUEÑO

Los momentos que podemos distinguir en el sueño son:

  • Adormecimiento. Transcurre desde que la persona se acuesta hasta que se duerme. En este momento aparecen los bostezos, el ritmo se vuelve más lento, los músculos se relajan, los párpados se caen, se vuelve pesado el cuerpo... 
  • Sueño propiamente dicho. Está formado por dos grandes estadios, el sueño lento y el sueño REM, los cuales suceden de forma cíclica, por eso lo llamamos ciclo del sueño.
    • Estadio 1: sueño lento. El sueño se va haciendo más profundo progresivamente, el sueño es tranquilo, la respiración es regular y los ojos permanecen inmóviles bajo los párpados. En adultos suele durar entre noventa y cien minutos, y unos cincuenta minutos en niños. Este estadio supone entre el 75% o el 80% de un ciclo del sueño y presenta cuatro fases:
      • Fase 1. Adormecimiento. Los músculos se encuentran relajados, la respiración y las pulsaciones son lentas. El sueño es ligero, se pierde la conciencia exterior pero es fácil despertarse. Es en esta fase en la que se pueden dar las alucinaciones hipnagógicas, que son las imágenes muy vívidas y fugaces, así como las descargas mioclónicas que suelen darse en las extremidades y se tiene la sensación de caída.
      • Fase 2. Sueño ligero. El sueño es más profundo que en la anterior fase y se tiene menor nivel de conciencia. Hay una menor reacción a los estímulos, aunque es posible despertarse fácilmente. Esta fase suele ser el 50% del tiempo de sueño lento.
      • Fase 3. Sueño profundo. Los músculos permanecen relajados, la temperatura y la presión sanguínea bajan, el resto de funciones corporales se ralentizan. La persona sólo se despierta con un fuerte estímulo.
      • Fase 4. Sueño profundo e inconciencia total. Para la persona dormida le resulta muy difícil despertarse, debido a que en la base del cerebro, se encuentra la glándula pituitaria, que es la encargada de producir la hormona del crecimiento, y es en esta fase en la que aumenta dicha producción de hormona, permitiendo la revitalización de los tejidos.
    • Estadio 2: sueño REM o sueño agitado. REM (Rapid Eye Movements) en español rápido movimiento de ojos. Como su propio nombre indica, en este estadio se caracteriza por el movimiento de los ojos bajo los párpados, que a menudo pueden entreabrirse. También se caracteriza por un ritmo cardíaco acelerado, la respiración y el pulso son irregulares, suele haber contracciones en los dedos, expresiones en la cara, gemidos y pérdida del tono muscular. Es en este estadio en el que se suele soñar y recordar los sueños, así como también se pueden dar alteraciones del sueño tales como las pesadillas o los terrores nocturnos entre otras alteraciones. Suele tener una duración de entre quince y veinte minutos y supone entorno al 20% o 25% del ciclo de sueño en personas adultas, y pudiendo llegar a ser el 50% en niños.
    Un ciclo completo de sueño puede llegar a durar dos horas, pudiendo producirse unos cuatro o cinco ciclos en una noche, aunque no todos serán iguales, pues conforme avanza la noche los periodos REM serán más largos. De este modo, en la primera mitad de la noche suele predominar el sueño profundo, en cambio en la segunda mitad predominará el sueño REM. Será el cerebro el que determine si se ha dormido lo necesario o si necesita un ciclo más de sueño.
  • Despertar. El despertar se produce de manera espontánea cuando el cerebro ya está repuesto y dispuesto para la actividad de vigilia es decir, cuando se han dormido las horas suficientes. Suele ir acompañado de una sensación de bienestar, cuando esto no sucede suele ser por algún trastorno o déficit del sueño. Cada persona tiene una forma de despertar, hay quienes se despiertan rápidamente, y otras en cambio lo hacen despacio necesitando de un tiempo antes de poder rendir de manera óptima.


Referencia.

Palomar, M., Muñoz, L., Nus, P., y Arteaga, L. (2008). Autonomía personal y salud infantil. CFGS Educación Infantil. Servicios socioculturales y a la comunidad. Editorial Altamar.

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