EL PEQUEÑO CONEJO BLANCO

 

 EL PEQUEÑO CONEJO BLANCO 

    Érase una vez un pequeño conejo blanco. Un día fue a buscar coles a la huerta para hacer un caldo. Cuando el pequeño conejo blanco volvió a su casa, se encontró la puerta cerrada y llamó.

    -¿Quién es? - preguntó un vozarrón desde dentro.

    -Soy yo el conejito blanco que vengo de buscar coles y voy a hacer un caldo.

    - Pues yo soy la cabra cabresa y, si no te vas saltaré encima de tu cabeza.

    El pequeño conejo blanco escapó de ella corriendo muy deprisa. Andando andando, el pequeño conejo blanco se encontró con un buey y le pidió ayuda.

    -Yo soy el conejito blanco y fui a buscar coles a la huerta. Volví a mi casa para hacer un caldo, pero en ella está la cabra caburra y si me salta encima, me despanzurra ¿Quieres venir conmigo?

    -Yo no, yo no voy porque tengo miedo - dijo el buey mientras se iba.

    El pequeño conejo blanco siguió andando y se encontró con un perro.

    -Yo soy el conejito blanco y fui a buscar coles a la huerta. Volví a mi casa para hacer un caldo, pero en ella está la cabra cabreja que si me salta encima, me desmadreja. ¿Quieres venir conmigo?

    -Yo no, yo no voy porque tengo miedo - dijo el perro mientras se iba.

    El pequeño conejo blanco siguió andando y se encontró con un gallo.

    -Yo soy el conejito blanco y fui a buscar coles a la huerta. Volví a mi casa para hacer un caldo, pero en ella está la cabra cabrilla que si me salta encima, me estampilla. ¿Quieres venir conmigo?

    -Yo no, yo no voy porque tengo miedo - dijo el gallo mientras se iba.

    El pequeño conejo blanco continuó andando, cada vez más triste, ya sin esperanza de poder volver a su casa. Pero se encontró con una hormiga que el preguntó:

    -¿Qué te ocurre, conejito blanco?

    -Que fui a buscar coles a la huerta y volví a mi casa para hacer un caldo, pero en ella está la cabra cabruja que si me salta encima, me apretuja. 

    -Pues yo voy contigo -dijo la hormiga - Yo no le tengo miedo a una cabra caprina.

    Y los dos se encaminaron hacia la casa del conejito. Y llamaron a la puerta.

    -Aquí no entra nadie - dijo un vozarrón desde dentro... -Yo soy la cabra cabresa y si no os vais rápido, os saltaré encima de la cabeza.

    Pero la hormiga le contesta:

    - Pues yo soy la hormiga rabiga y como no abras te picaré en la barriga.

    A la cabra cabrisa le dio un ataque de risa. Así que la hormiga rabiga entró por el agujero de la cerradura se acercó a la cabra y ¡Zas! La picó con fuerza en la barriga. La cabra escapó como un cohete diciendo:

    -Yo soy la cabra cabresa y a esta casa no vuelvo porque... porque no me interesa.

    La hormiga rabiga le abrió la puerta al pequeño conejo blanco. Con las coles prepararon un sabroso caldo y se lo comieron. Y a mi no me dieron porque no quisieron.

     🐇     

¡Y colorín, colorado, me quedé sin caldo!

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