LA RELAJACIÓN MEDIANTE EL MASAJE Y OTRAS TÉCNICAS


LA RELAJACIÓN MEDIANTE EL MASAJE Y OTRAS TÉCNICAS

INTRODUCCIÓN

    Resulta importante trabajar la percepción y el sentido del tacto del bebé mediante caricias, abrazos o cogiéndolo para hacer que éste se sienta protegido, querido y aceptado, pues desde que nacen son capaces de percibir la inseguridad de quienes los cogen. Cuando están incómodos no paran de moverse y acaban llorando hasta que lo coge otra persona que le proporcione seguridad, será entonces cuando el bebé se acomode y se tranquilice.

  Cuando hablamos de masajes, normalmente recibimos un conjunto de sensaciones agradables, pero si a la palabra masaje le añadimos el adjetivo infantil, esta sensación se transforma en ternura.

    Al terminar una clase de juegos, si los padres masajean al niño, no sólo los bebés se relajan, sino que los padres aprenden a comunicarse con sus hijos, además hay estudios que demuestran que los niños que recibían masajes enfermaban menos, sus organismos funcionaban mejor, hacían las digestiones más fácilmente y respiraban mejor. Eran niños sanos.

    La piel es la superficie de los receptores sensoriales. Mediante el tacto, a través de la piel podemos establecer un lenguaje corporal. Con el masaje proporcionamos afecto, seguridad, tranquilidad, contención, podemos relajar, estimular o aliviar y a tener en buena relación afectiva. Es mejor hacerlo antes de la siesta, ya que los niños han comido y están más relajados. Cada bebé tiene su ritmo, esto permite dedicar el tiempo de un modo más personal a cada niño.

   Aunque el baño es también uno de los mejores y más importantes momentos para realizarles masajes por todo el cuerpo. Pues de esta forma conseguiremos relajarlos y sobre todo les transmitiremos afecto y tonificaremos sus músculos. Es beneficioso para los bebés el contacto piel con piel a través de las cálidas manos de sus mamás.

    La explicación a los beneficios del masaje, es porque se les masajea la glándula del timo, esta se encuentra situada detrás del esternón. En los niños pequeños, el timo está encargado del desarrollo del sistema inmunológico y produce linfocitos para defender al organismo de cualquier ataque del exterior. Cuando una madre toca o acaricia al niño, este vuelve a sentirse en contacto con ella y experimenta placidez, gana independencia y aprende a moverse en libertad. Cuando se les masajea ellos empiezan a descubrir sus propios límites. Todos estos beneficios y más nos lo detalla Vimala Schneider en su libro Masaje Infantil, y que ya de paso os invito a leer pues es uno de esos libros que todo el mundo debería leer al menos una vez en su vida.

    Para poder realizar masajes se necesita un bote de crema o aceite y suelen ser de una duración comprendida entre 15 o 20 minutos, en una habitación caldeada en invierno y fresca en verano, con una postura cómoda tanto para la madre como para el bebé. Se puede utilizar siempre la misma toalla para que el bebé cuando la vea la identifique y asocie a la relajación y bienestar. Se debe destacar la importancia de la utilización de la voz de la madre o padre durante la realización del masaje, o también el uso de una melodía suave y relajante.

LOS MASAJES

    Para realizar los masajes se debe colocar al bebé desnudo boca arriba y estirado sobre una toalla por si el niño o niña vacía su vejiga. Como se ha mencionado anteriormente, el lugar donde se realice el masaje debe tener una temperatura agradable que facilite la relajación del bebé, si la habitación o el lugar donde se realiza hace demasiado frío o calor, impedirá que el bebé se relaje del todo y evitando así obtener todos los beneficios del masaje. 

    Siempre se ha de buscar la comodidad, para ello, en el caso de realizar el masaje en un aula de educación infantil, hay que buscar un lugar tranquilo como puede ser un rincón. Hay aulas que tienen el rincón del masaje o rincón de relajación. Estos espacios suelen estar dotados de almohadas, cojines, colchonetas o hamacas, mantas, decorado con colores de tono pastel o colores no demasiado estridentes, que inviten a la relajación y comodidad. Con pocos objetos, solo los imprescindibles para favorecer la relajación del discente, en cambio si hay demasiada decoración u objetos, el niño o niña se verá provocado a visualizar dichos objetos en lugar de centrarse en la persona adulta que le está realizando el masaje, y en sí mismo.

    La relajación de la persona adulta, será de vital importancia, pues si a pesar de tener en cuenta todos los aspectos mencionados anteriormente, la persona adulta está nerviosa o distraída, proyectará dicha evocación en el menor o menores, provocando que el masaje no cumpla su función, y por tanto sea insatisfactorio. Los adultos tenemos miles de pensamientos y preocupaciones, pero el momento de relajación no sólo sirve para quien lo recibe, sino también para quien lo da. Puede ser un estupendo momento de desconexión. ¿Pero cómo lograrlo?

    La utilización de inciensos, ambientadores, velas aromáticas o aceites esenciales para usarlos en quemadores, son uno de los aspectos a tener en cuenta a la hora de preparar el espacio previamente al masaje. Existen numerosos tipos, aunque para el uso en escuelas infantiles, es recomendable el uso de ambientadores no eléctricos o barras de incienso (incluso usar colonia en su defecto). Se aconseja poner siempre en lugares altos para evitar que los pequeños lo alcancen. Evitar el uso de pastillas para el incienso o aceites esenciales para quemadores, para evitar que ningún niño o niña se pueda quemar o incluso asfixiar.

    La iluminación del aula o espacio donde se realice la relajación será importante durante el proceso, pues si se echan las cortinas o se dejan entreabiertas las persianas, al igual que los sonidos suaves, una oscuridad parcial favorecerá que la relajación se lleve acabó con mayor éxito.

    El tiempo de atención de un pequeño suele ser muy corto, por ello durante el masaje se le debe hablar despacio y suavemente, realizando comentarios positivos o palabras de acción para explicarle el proceso (así con el tiempo podrá anticiparse a lo que se le va a hacer), o se les puede entonar una melodía suave, rítmica, que el bebé pueda asociarla con la relajación, ya que este tipo de melodías favorece un clima de serenidad y bienestar. Una canción sencilla que hable de las partes del cuerpo, nos ayudará a enfocarnos en esa parte del cuerpo para realizar el masaje y lograr integren el concepto asociando la palabra con la imagen y el sentido del tacto de esa parte del cuerpo en concreto. 

  También lograremos que los pequeños en el aula, se interrelacionen y se interesen por lo que hace el de al lado, de esta forma se les hace partícipes y demostramos que podemos tocar a los demás suavemente sin hacer daño (muy importante cuando nos encontramos en el aula dicentes que pegan bocados, manotazos... por no saber tranquilizarse, no saber identificar y mostrar sus emociones, o no identificar a los demás como seres sintientes).

    Antes de comenzar debemos tener las manos cálidas y echar un poco de crema o aceite tibios, frotar bien con las manos para favorecer la absorción. Se debe conectar con el bebé a través de los ojos, para pedir permiso antes de empezar, así ellos aprenden a dar respuesta. Cuando vamos a dar el masaje, la persona adulta debe estar tranquila. Esto es clave, más aún si se realizan los masajes en una escuela infantil, pues el masaje es el momento de relajación pero también de unión entre la persona que le hace el masaje y quien es masajeado. Para favorecer dicha relajación e individualidad en el menor, será necesario que nuestra compañera de apoyo esté presente para que atienda al resto del grupo.

    Existen varias técnicas de masaje y relajación, se deben utilizar varias técnicas, pues como se menciona al principio, cada técnica o la mezcla de varias permite ayudar a solucionar cólico, gases, resfriados o dolores de dentición entre otros, de ahí la importancia de aplicar más de una técnica durante el proceso. 
Los masajes se inician desde la parte superior del cuerpo hacia la parte inferior, primeramente en la parte de delante para establecer el vínculo mediante la conexión visual y después en la parte posterior. A continuación veremos cómo realizar un masaje según el orden a seguir de cada parte del cuerpo. Recordando que dicho masaje lo podremos aplicar tanto en el aula de infantil como en casa.

EL PECHO
    Para masajear el pecho, apoya tus manos extendidas sobre el pecho, describiendo un gran círculo. Parten del centro hacia los extremos opuestos en direcciones contrarias y se vuelven a juntar. Repítelo tres veces.

    Seguidamente levanta las manos de su cuerpo y sitúalas sobre las caderas. Intenta mantener el ritmo lento y firme. Sube una mano hacia el hombro opuesto, cruza el pecho del bebé, detén el movimiento y levanta la mano para volver a la cadera, mientras comienza el movimiento de la otra mano hacia el hombro opuesto (una mano detrás de la otra). Repítelo tres veces.

EL VIENTRE
    El bebé sigue tumbado boca arriba. Coloca una mano en el pecho y deslízala con suavidad cubriendo el pecho hasta llegar al vientre, donde debemos ejercer una ligera presión. Levanta esta mano y comienza con la otra el mismo movimiento de arriba abajo (una mano va detrás de la otra). Repítelo tres veces.

LOS BRAZOS
    Toma suavemente un bracito del niño lo más cerca posible del hombro. Las manos rodean su brazo y ejercen un ligero movimiento de torsión con las dos manos a la vez pero en sentidos contrarios. Según giramos las manos hacia un lado y otro vamos recorriendo su brazo hasta llegar a la muñeca. Repítelo tres veces con cada extremidad.

LAS MANOS
    Sujeta una de sus manitas y comienza con los pulgares a masajear la palma de la manita desde la muñeca hacia los deditos, realizando pequeños círculos en movimiento ascendente, continúa con sus deditos hasta la punta, es importante masajear las dos manos, una después de la otra. Repite tres veces todo el proceso.

LAS PIERNAS
    Con las dos manos sujeta suavemente los muslos del bebé y haz ligeros giros de torsión mientras desplazas ambas manos hacia los tobillos, aquí insiste unos segundos, ya que se trata de una zona importante. Repítelo tres veces con cada pierna.

LOS PIES
    Toma uno de sus pies y aplica en la planta del pie una leve presión de los pulgares, resbalando desde el talón hacia los deditos y acaricia dedito por dedito estirándolos muy despacio con tus dedos índice y pulgar. Repítelo tres veces con cada pie.

LA ESPALDA
    Dale la vuelta al bebé despacio y con ternura, sitúa la palma de la mano sobre la espalda, a la altura de los hombros y deslízala hacia el culete. Cuando estés llegando al final, comienza el mismo recorrido con la otra mano. Repítelo tres veces.

    A continuación coloca una mano al final del culete como si trataras de sujetarlo con la palma. Con la otra mano recorre la espalda desde el inicio de los hombros hasta que ambas manos se encuentren.


OTRAS TÉCNICAS DE RELAJACIÓN

CARICIAS CON PLUMAS

    Otra de las técnicas que aprendí y que pude poner en práctica durante las prácticas en centros escolares, fue la técnica de hacer caricias con plumas o también conocido como plumoterapia. Consiste en relajar el sistema nervioso, el cuerpo y la mente mediante la estimulación táctil con plumas. 

¿Cómo deben ser las plumas?

    Las plumas pueden ser largas o cortas, pequeñas o grandes, de varios colores o de un solo color, muchas, pocas o una sola. Lo realmente importante es la flexibilidad de la pluma o plumas, pues a mayor flexibilidad mayor será la suavidad de contacto con la piel, facilitando así la relajación. Tal como se muestra en la imagen, se puede realizar de forma casera, aunque también se pueden encontrar en tiendas online o en "tiendas de amor adulto". 😏😝

¿Cómo realizar la relajación con plumas?

    En centros escolares, pediremos que los alumnos se recuesten encima de la mesa, ya sea con los brazos extendidos hacia adelante o con los brazos cruzados para apoyar la cabeza. Es importante es que se encuentren sentados en sus sillas, en silencio y cómodos para facilitar la relajación propia y de los compañeros, les podemos decir que cierren los ojos, pues también incidirá en dicha relajación. 

    La/el docente irá realizando las caricias con las plumas en cara, frente, cabeza, manos, brazos o espalda. Se deben aplicar suaves caricias a través del contacto de la pluma con la piel, no es necesario hacer un ligero cosquilleo. Los movimientos pueden ser circulares o lineales. Ejerceremos mayor presión en caso de realizar las caricias a través de la ropa y menor presión en el caso de entrar en contacto con la piel. El ejercer mayor presión a través de la ropa, se debe a que en invierno, con un mayor número de prendas, resulta casi imperceptible el contacto de la pluma, de ahí que se haga mayor presión. No será tan perceptible con el contacto con la piel, sin embargo, con el paso del tiempo, que los pequeños ya conocen esta técnica, sólo con notar una ligera presión podrán tener la imagen mental de la pluma acariciando su espalda. 

    La/el docente deberá ir pasando de alumno en alumno hasta haber realizado la técnica con todos y cada uno de los alumnos. En el caso de tener el protagonista o encargado de la semana, podrá ser el menor quien se encargue de ir dando el masaje con la pluma a sus compañeros, favoreciendo así el conocimiento de sí mismo y el de los demás, desarrollando aspectos como la igualdad, la empatía, la concepción del propio cuerpo y el de los demás.

    Durante el proceso se puede usar una música relajante, sonidos de naturaleza o simplemente contar un cuento o una historia con voz suave, además del uso de ambientadores o inciensos mencionados anteriormente.

    Podemos decirles: que es la hora de la relajación, que por eso se encuentran cansados, que van notando cómo sus ojitos se van cerrando, sus dedos cansados se relajan, después notan cómo se relajan sus manos y a continuación sus brazos, poco a poco notan cómo esa relajación pasa por su cuerpo hasta llegar a sus piernas y pies que se encuentran (apoyados en el suelo o no) descansando. Cómo notan que poco a poco se van moviendo los dedos de los pies porque se van recuperando del cansancio, sube esa energía a través de las piernas, el cuerpo, los brazos, notan cómo muy despacio van moviéndose los deditos de las manos y sus ojitos se van abriendo poco a poco, recuperando así fuerzas para seguir jugando o hacer tareas.

    No podemos olvidarnos, que en los centros escolares, sobre todo a partir del segundo ciclo de infantil, es más complicado contar con personal de apoyo en las aulas, además de contar con menos tiempo para el momento de la relajación, pero no por ello deja de ser menos importante. Por esta razón se recomienda la técnica con plumas, como alternativa al masaje piel con piel mencionado en el apartado anterior.


BOTE DE LA CALMA

    Otra técnica que se ha puesto de moda últimamente pero que ya la creó hace años la pedagoga María Montessori, es el bote o tarro de la calma. Consiste en rellenar un tarro vacío transparente (puede ser de cristal aunque por seguridad es preferible de plástico) con agua, colorante, purpurina biodegradable y pegamento o aceite. Existen varias modificaciones en cuanto a los materiales pero eso lo veremos más adelante.

    Mezclaremos todos esos materiales dentro del bote y sellaremos la tapadera para evitar que se salga el contenido, o bien los pequeños puedan abrir el tarro y beberlo. 
Una vez tenemos el bote terminado, podemos usarlo como método para calmar a un niño o niña que se encuentre nervioso o inquieto. Le mostraremos el bote agitándolo previamente y le diremos: si te fijas en este bote sabes que hay algo moviéndose dentro pero no lo podemos apreciar bien. Si lo dejamos quieto en un sitio, lo que hay dentro, poco a poco, se calmará e irá moviendo tan despacio que podremos ver bien lo que hay dentro. Y al igual que ocurre con el bote, cuando te sientas agitado, enfadado... párate, respira despacio, mira el bote y cuando la purpurina se calme, tú también estarás más calmado.

    Ahora bien, los materiales pueden ser muy diversos, por ejemplo colorantes alimentarios en lugar de pinturas, aceite para bebés, gel o glicerina en lugar de pegamento cola, purpurina biodegradable de varios tamaños o lentejuelas, etc. Cabe destacar que los colores que usemos serán muy importantes según qué utilidad vayamos a darle al bote, si va a ser para calmar, usaremos tonos fríos como el azul, verde, blanco. En cambio, si lo usamos como un bote sensorial, podremos usar otros colores, como el rojo y el amarillo para crear grandes contrastes visuales.

¿Para qué sirven los botes sensoriales y qué materiales se utilizan?

    Los botes sensoriales, también son relajantes, pues una vez terminado dicho bote, mantiene al discente entretenido viendo cómo los objetos se mueven, caen, chocan. Estos botes sirven para que desarrollen la capacidad visual, el oído, el tacto, la coordinación óculo-manual, la motricidad fina... puesto que son los pequeños quienes elaborarán su tarro sensorial. Muy diferente al tarro de la calma que suele ser elaborado por el adulto.

    A diferencia del bote de la calma, el bote sensorial puede elaborarse con muy diversos materiales: pompones de varios tamaños y colores, algodón, botones, pequeños juguetes de plástico, gel o glicerina, legumbres, gomillas, lana, etc. Podemos usar casi cualquier cosa. Recuerda que el límite lo pone nuestra imaginación.

CONCLUSIÓN

    Como se ha mencionado anteriormente, los masajes deben de realizarse con lentitud y con una suave voz o melodía, dejándote llevar por tus propios movimientos. Si el bebé llora, puede ser porque no le apetezca en ese momento. Después del masaje puede llegar la hora del baño, terminando de proporcionarle bienestar y relajación, y se eliminan los restos de crema o aceite que no absorbió la piel. También se debe de dejar flotar al bebé en el agua tibia, sujetándolo por las axilas y dejándolo apoyado en su nuca para dejar que el resto del cuerpo flote y que el bebé sienta esa sensación placentera y quede totalmente relajado.



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