MI EXPERIENCIA CON LA FECUNDACIÓN IN VITRO (FIV). ESTIMULACIÓN OVÁRICA


MI EXPERIENCIA CON LA FECUNDACIÓN IN VITRO (FIV). ESTIMULACIÓN OVÁRICA .

    Si has llegado hasta esta publicación, seguramente es porque por desgracia aún no has conseguido el tan ansiado embarazo o no has podido tener a tu bebé entre tus brazos. Yo también estoy en esa situación y no somos las únicas personas, por desgracia. Aunque hay muchas personas que lo han conseguido, así que... ¡muchísimo ánimo!

    Cuando fuimos mi marido y yo a la clínica privada, la cual había sido por fin la escogida de entre muchas clínicas. Nos hablaron de la posibilidad de hacer una Inseminación Artificial (IA) con unas bajas probabilidades, y de la Fecundación In Vitro (FIV) que tenía más probabilidades. En nuestro caso (baja reserva ovárica, en principio) tampoco es que la FIV fuese una alta probabilidad, pero sí algo más que con la IA. Eso sí, el precio también era más elevado. ¡Vaya si era elevado! 👋🏻Adiós a todos nuestros ahorros.😩

    Nos dijeron que antes de empezar debíamos hacernos varias analíticas, mi pareja y yo. Analíticas que ya nos habíamos hecho a través de la SS (Seguridad Social) y hacía un mes o dos, es decir que los valores no debían variar en gran medida, aún así desde la clínica nos lo recomendaron o más bien casi nos lo exigían antes de proseguir. También me recomendaron hacerme la histerosalpingografia, que ya os he comentado mi experiencia en otra publicación y que por cierto, no era necesaria en caso de optar por la FIV, pero aún así me la quise hacer para quedarme más tranquila. Ojalá hubiera sabido de otras pruebas más antes de continuar con el proceso, pero en fin... cosas de la inexperiencia y la ignorancia.

    Para no extenderme mucho, las analíticas dieron prácticamente los mismos resultados que en la SS, con la única diferencia de que a mí pareja le habían detectado, según nos explicaron, que la cabeza de los espermatozoides era más delgada de la cuenta, pero que no había problema porque se solucionaba con la técnica ICSI. 

    Hasta ahora, se resume en qué nos habían clavado un dineral por unas pruebas que ya teníamos hechas previamente (y que no sabemos si es verdad que nos las repitieron o simplemente nos leyeron los que les dimos de la SS), que posteriormente nos descontarían el dineral de dichas pruebas al empezar la FIV (supuestamente). No nos dieron los resultados, simplemente nos lo resumieron así un poco por encima y nos lo creímos porque coincidían con los resultados que sí teníamos (los de la SS) , y que nos cobrarían más dinero porque sería una técnica FIV-ICSI. ¡Ahí es na! ¡Venga a soltar dinero! ¡Ni que fuésemos políticos! 

    La histerosalpingografia (que no hacían en la misma clínica, búscate la vida por ahí) salió bien. No sé detectó anomalías. ¡Menos mal!

    Con todos los resultados en las manos del doctor, nos pusimos ciegamente e inexpertos a hacer lo que nos mandó. Mi marido, que según ellos, tenía un problema no debía tomar nada, pero yo debía tomar ácido fólico ( me recomendó uno muy básico, sólo ácido fólico, ni vitaminas, ni nada de nada). Además debía tomar unas pastillas y ponerme dos inyecciones cada día durante varios días ¿cuántos? ni idea, según mi cuerpo. Cada dos o tres días debía hacer un viaje de unos 80 kilómetros hasta la clínica, para hacerme una ecografía. En la eco me debían ver el tamaño y la cantidad de folículos que iban creciendo y de esta forma, saber cuántos días debía estar con ese mismo tratamiento o cambiar a otro.

    Las dosis de tratamiento eran bastante fuertes, aunque al principio no notaba nada, con el paso de los días empecé a notar moratones en el vientre (de las inyecciones), cambios de humor es decir, me encontraba algo inestable emocionalmente pero que podía controlar, pues era como si me fuese a poner mala con la regla 🩸. Notaba cada vez más, molestias en los ovarios, pero era algo normal según me explicaron. También noté que mis episodios de migraña, durante el tratamiento, se ausentaron, pero de ello me percaté más bien pasado un tiempo.

    Lo destacable durante el proceso, fue que mi doctor, quien nos vio en la consulta informativa y luego en la primera y segunda consulta para pautar tratamiento, ya no nos vio más. En la primera eco empezado el tratamiento, me vio una doctora, para no darle buena o mala publicidad, llamémosle doctora 1. En la segunda eco me vio otra doctora diferente, la doctora 2. Dos días después, me volvió a ver la doctora 1, que según ella, tenía 6 folículos y de distintos tamaños pero que según ella, uno de ellos ya había alcanzado un buen tamaño, así que debía dejar el tratamiento que tenía y a cambio, ponerme una inyección diferente y a una determinada hora. Las primeras eran hormonas para estimular los ovarios y hacer que crezcan todos los folículos, pues en un ciclo natural, lo normal es que solo crezca uno solo de varios "programados" para ese ciclo, pero con la medicación se provoca el crecimiento de todos los folículos de ese ciclo. 

    La última inyección tiene como función hacer que los ovocitos se "despeguen" de los folículos y salgan desde los ovarios hacia las trompas de Falopio, de ahí que la importancia de que sean 36 horas exactas desde dicha inyección. Pues si se espera más, los ovocitos no se podrán extraer, y si la punción se realiza antes, los ovocitos aún no se habrán desprendido.

    Dos días después de la última inyección, en el día 13 de mi ciclo menstrual, debía acudir a la clínica para hacer la punción para extraer los ovocitos. Mis posibles bebés. ¿Se fecundarían todos? ¿Cuántos se perderían por el camino? ¿Habría suficientes para congelar por si es necesario un siguiente intento?

    Nervios, dudas, miedos, dolor... miles de pensamientos, emociones y sentimientos tanto positivos como negativos me rondaban. Pero no era la única, no soy la única. No estamos solas.

    Si quieres saber mi experiencia con la punción picha aquí.

    Si tienes dudas, ya sea acerca del proceso, de la medicación, de la clínica (no menciono el nombre porque no quiero hacer publicidad, ni buena ni mala). Si necesitas más información o simplemente apoyo, no dudes en dejar un comentario o ponerte en contacto conmigo a través de email o las redes sociales. Somos un gran número de personas que por desgracia estamos en el largo y duro camino de la infertilidad, pero repito, no estamos solas. ¡Ánimo!


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